La Marioneta que cortó sus cuerdas
Yo para él era una marioneta a
su lado, un ser sin voz, el trofeo que enseñar a sus amigos, ese adorno bonito
que hacía juego con sus trajes elegantes. Me decía como debía comportarme, lo
que ponerme y cuando tenía que hablar, mi vida entera estaba completamente a su
servicio. No contento con eso me maltrataba tanto física como
verbalmente cuando le venia en gana.
Aquella noche llegó enfadado a casa, comenzó a pegarme sin razon alguna insultándome con saña, simplemente no lo aguante más, le lance mi zapato con rabia para defenderme, el tacón se le clavo en un ojo, aturdido y dando un traspies fue a dar contra el pico de la mesilla de noche. Ahora, señor juez, encarcéleme si quiere, se que hice justicia, no volverá a dañar.
Aquella noche llegó enfadado a casa, comenzó a pegarme sin razon alguna insultándome con saña, simplemente no lo aguante más, le lance mi zapato con rabia para defenderme, el tacón se le clavo en un ojo, aturdido y dando un traspies fue a dar contra el pico de la mesilla de noche. Ahora, señor juez, encarcéleme si quiere, se que hice justicia, no volverá a dañar.
Marie R. Antibón
Un tema candente, expresado de manera magistralmente condensado
ResponderEliminarTerminemos con situaciones como esta y digamos no todo tipo de violencia. Muchas gracias Claudio.
EliminarEs tu obra humana, trascendente y hermosa. Fruto de tu esfuerzo creativo imperecedero que siempre destaque desde la primera vez que charlamos. Sigue, adelante. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias por tus palabras. Un abrazo.
Eliminar