viernes, 18 de marzo de 2016

El anciano vagabundo





El anciano vagabundo

Juan camina solo y encorvado por las calles de una ciudad que en su vejez le resulta extraña, añora el pueblo pese a las muchas dificultades que ha pasado. 
Con piel oscura y cuarteada por una vida  en el campo arando a pleno sol, las manos nudosas deformadas por la artrosis que le devora por dentro y la mirada perdida de las personas que ya solo esperan que su existencia de fin deambula por las calles sin rumbo, no tiene un sitio donde ir. Va arrastrando tras de si una vieja maleta con sus pocas pertenencias y recuerdos, duerme en cualquier lugar.
 Hoy comienza a nevar, tiene fiebre y el  frío le cala hasta  los huesos, agotado se tumba en un banco del parque a para pasar la noche. La nieve cae a su alrededor, el malestar va en aumento pero de repente todo cesa, algo calienta su alma y siente como se libera su espíritu. Sobre el banco queda un cuerpo como la carcasa vacía de un barco hundido en el mar.

Marie R. Antibón

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