domingo, 13 de enero de 2019

Fuerza y calma.

Mitad fortaleza y mitad calma. Siempre preparada para continuar adelante pero sabiendo que las cosas con prisa no salen bien. ¡Vuela alto, espíritu! aunque la vida te quiera bajar a tierra más arriba debes subir. En cielos rasos podrás encontrarme, lejos de una realidad que no es mía pero que me ha tocado vivir. Alla donde sopla una brisa salina, suspirando con tal fuerza, voy lanzando mensajes al aire. No son para todos, pero tienen significado para unos pocos.  Si me quieres encontrar, en la playa de los sueños me debes de buscar. Allí estaré, con mi espada y mi calma esperándote. Siempre en lucha y siempre en paz.  Marie R. Antibon.

viernes, 3 de junio de 2016

Reflejos




Reflejos

Hoy me miro al espejo, no como se mira uno todos los días sino mucho más allá. Unos ojos me contemplan desde el otro lado, si los cierro dejo de verlos por un instante, los abro observándolos con curiosidad y ellos a mí.  Vislumbro una luz en sus pupilas, algo intangible que brilla en esa profundidad que tienen y siento como me hablan de una vida, de deseos, de cosas mucho más profundas que están dentro y que no entiendo. Poco a poco  me arrastran hacia otro universo, entonces siento como floto en un espacio atemporal con la única compañía de un sonido que lo envuelve todo; un sonido que trae imágenes extrañas, mensajes de otro mundo que luego me tocara descifrar y comprender. Me siento bien en aquél lugar, flotando en una nada llena de todo, pero algo tira de mí y  vuelvo a verme en el espejo, en la habitación de siempre. Aparentemente todo continua igual pero yo se que por dentro algo ha cambiado, ya no soy la misma pues se que esa luz  me acompaña. Curiosa cierro un ojo, se le ve apagado y sin vida, sin embargo, el otro resplandece como queriendo compensar la falta de su compañero con toda su fuerza interna concentrada en él.
Después pienso en como arrastramos nuestros cuerpos por el mundo, un trozo de carne y huesos que se llena de vida por aquello que  late en nuestro interior. El mundo nos mira como a espejos  donde queda reflejado lo que se supone que somos, mucha gente solo deja vislumbrar lo que quieren que vean los demás. Pero unos pocos se atreven a andar descalzos y desnudos  por las calles mostrando su verdadera imagen, son esos valientes que van pisando charcos y hierba. La gente los llama locos por ello, se asombran escandalizados, pero no se descalzan  para sentir el suelo bajo sus pies y andar su propio camino, necesitan el apoyo y la protección de una goma de caucho recubierta de cuero.
Perdida en mis pensamientos vuelvo a mirarme al espejo, observo mis pies descalzos al otro lado del espejo y sonrío.

Marie R. Antibón

sábado, 2 de abril de 2016

Al amanecer




Al amanecer

Es temprano, el sol aún no ha salido, se dirige al punto de encuentro, a lo lejos puede verle, esta llamándola. Los primeros rayos aparecen en el horizonte tiñendo el paisaje de un tono anaranjado, le ve bello iluminado por ese sol. Se va acercando, el quiere tocarla pero ella solo prefiere caminar a su lado.    Enviando besos que solo rozan sus labios intenta seducirla hasta que  poco a poco ella va dejándose llevar. Le  habla suavemente al oído diciéndole lo mucho que la desea. Respondiendo a su llamada tímidamente se acerca  hasta que se ve envuelta entre sus brazos. Juegan, se juntan y terminan los dos mecidos en un mismo ritmo. Luego ella se aleja con pena, mirándole suspira, aún lleva su aroma salado en la piel. El se queda susurrando su nombre una y otra vez.
Por la tarde ella baja a la playa con sus hijos, todos juntos juegan entre las olas de ese mar, que por las mañanas es tan solo suyo.

Marie R. Antibón

viernes, 18 de marzo de 2016

El anciano vagabundo





El anciano vagabundo

Juan camina solo y encorvado por las calles de una ciudad que en su vejez le resulta extraña, añora el pueblo pese a las muchas dificultades que ha pasado. 
Con piel oscura y cuarteada por una vida  en el campo arando a pleno sol, las manos nudosas deformadas por la artrosis que le devora por dentro y la mirada perdida de las personas que ya solo esperan que su existencia de fin deambula por las calles sin rumbo, no tiene un sitio donde ir. Va arrastrando tras de si una vieja maleta con sus pocas pertenencias y recuerdos, duerme en cualquier lugar.
 Hoy comienza a nevar, tiene fiebre y el  frío le cala hasta  los huesos, agotado se tumba en un banco del parque a para pasar la noche. La nieve cae a su alrededor, el malestar va en aumento pero de repente todo cesa, algo calienta su alma y siente como se libera su espíritu. Sobre el banco queda un cuerpo como la carcasa vacía de un barco hundido en el mar.

Marie R. Antibón

lunes, 14 de marzo de 2016

La marioneta que cortó sus cuerdas


La Marioneta que cortó sus cuerdas


Yo para él era una marioneta a su lado, un ser sin voz, el trofeo que enseñar a sus amigos, ese adorno bonito que hacía juego con sus trajes elegantes. Me decía como debía comportarme, lo que ponerme y cuando tenía que hablar, mi vida entera estaba completamente a su servicio. No  contento con eso me maltrataba tanto física como verbalmente cuando le venia en gana. 
Aquella noche llegó enfadado a casa, comenzó a pegarme sin razon alguna  insultándome con saña, simplemente no lo aguante más, le lance mi zapato con rabia para defenderme, el tacón se le clavo en  un ojo, aturdido y dando un traspies fue a dar contra el pico de la mesilla de noche. Ahora, señor juez, encarcéleme si quiere, se que hice justicia, no volverá a dañar.

Marie R. Antibón
  

jueves, 10 de marzo de 2016

Color en lo gris




 Color en lo gris

El día amaneció plomizo, una capa gris cubre toda la ciudad, la gente va de un lado a otro escondida bajo sus oscuros paraguas con la cara alargada y la mirada triste. En medio de tanta negrura destaca un paraguas de colores dando vueltas, lo lleva una mujer vestida de rojo con la mirada luminosa cantando, la gente la mira de reojo como si estuviera haciendo algo malo, ella ajena a aquellas miradas continúa andando.  Choca contra un niño que llora arrastrado por su madre,  cesa su llanto al mirarla y se queda perplejo ante la alegría que esa señora desprende. El chaval sonríe y su mamá también,  se marchan los dos abrazados entre besos y risas, el paraguas que los cubre se ha vuelto azul.

La mujer de rojo sigue su camino, va tropezando con mas paraguas que a su paso cambian de color, cuando ya no quedan tonos grises en medio de la lluvia aparece el sol, un arco iris baja hasta nuestra dama y ella es deslizada hacia arriba desapareciendo entre los colores, la gente asombrada mira al cielo, el paisaje se vuelve luminoso y se respira felicidad.


Marie R. Antibón



domingo, 6 de marzo de 2016

Memoria


Memoria


Esboza una leve sonrisa cuando le ve aparecer, para Ana es como un faro en medio de la niebla en la que se ve envuelta hace tiempo, le habla de momentos felices y recuerdos que se han volatilizado en su mente trayendo a su corazón un torbellino de sentimientos olvidados, pero no es capaz de reconocerle. Luis va todos los días a verla a la residencia, ya apenas habla, se pasa el tiempo mirando al vacío sin mirarle. Hoy en un intento desesperado por despertarla le pone en la mano una concha pintada a mano y le dice: -¡vámonos a pasear!, entonces Ana mirándole dulcemente contesta:-a la playa donde todo es posible ¿verdad?- se han fundido en un abrazo, una luz ha brillado en sus ojos, por fin recordó.  

Marie R. Antibón