viernes, 3 de junio de 2016

Reflejos




Reflejos

Hoy me miro al espejo, no como se mira uno todos los días sino mucho más allá. Unos ojos me contemplan desde el otro lado, si los cierro dejo de verlos por un instante, los abro observándolos con curiosidad y ellos a mí.  Vislumbro una luz en sus pupilas, algo intangible que brilla en esa profundidad que tienen y siento como me hablan de una vida, de deseos, de cosas mucho más profundas que están dentro y que no entiendo. Poco a poco  me arrastran hacia otro universo, entonces siento como floto en un espacio atemporal con la única compañía de un sonido que lo envuelve todo; un sonido que trae imágenes extrañas, mensajes de otro mundo que luego me tocara descifrar y comprender. Me siento bien en aquél lugar, flotando en una nada llena de todo, pero algo tira de mí y  vuelvo a verme en el espejo, en la habitación de siempre. Aparentemente todo continua igual pero yo se que por dentro algo ha cambiado, ya no soy la misma pues se que esa luz  me acompaña. Curiosa cierro un ojo, se le ve apagado y sin vida, sin embargo, el otro resplandece como queriendo compensar la falta de su compañero con toda su fuerza interna concentrada en él.
Después pienso en como arrastramos nuestros cuerpos por el mundo, un trozo de carne y huesos que se llena de vida por aquello que  late en nuestro interior. El mundo nos mira como a espejos  donde queda reflejado lo que se supone que somos, mucha gente solo deja vislumbrar lo que quieren que vean los demás. Pero unos pocos se atreven a andar descalzos y desnudos  por las calles mostrando su verdadera imagen, son esos valientes que van pisando charcos y hierba. La gente los llama locos por ello, se asombran escandalizados, pero no se descalzan  para sentir el suelo bajo sus pies y andar su propio camino, necesitan el apoyo y la protección de una goma de caucho recubierta de cuero.
Perdida en mis pensamientos vuelvo a mirarme al espejo, observo mis pies descalzos al otro lado del espejo y sonrío.

Marie R. Antibón