Al amanecer
Es
temprano, el sol aún no ha salido, se dirige al punto de encuentro, a lo lejos
puede verle, esta llamándola. Los primeros rayos aparecen en el
horizonte tiñendo el paisaje de un tono anaranjado, le ve bello
iluminado por ese sol. Se va acercando, el quiere tocarla pero ella solo
prefiere caminar a su lado. Enviando besos que solo rozan sus labios intenta seducirla hasta que poco a poco ella va dejándose llevar. Le habla suavemente al oído diciéndole lo mucho
que la desea. Respondiendo a su llamada tímidamente se acerca hasta
que se ve envuelta entre sus brazos. Juegan, se juntan y terminan los dos
mecidos en un mismo ritmo. Luego ella se aleja con pena, mirándole suspira, aún lleva su aroma salado en la piel. El se queda susurrando su nombre una y otra vez.
Por la tarde ella baja a la playa con sus hijos, todos juntos juegan entre las olas de ese mar, que por las mañanas es tan solo suyo.
Por la tarde ella baja a la playa con sus hijos, todos juntos juegan entre las olas de ese mar, que por las mañanas es tan solo suyo.
Marie R. Antibón